La amiga de mi mujer está que arde, así que aproveché que estábamos solos en la casa para acercarme a la cocina, manosearla y levantarle la falda para darle duro. Me volví loco y le fui infiel a mi esposa con su mejor amiga, pero esta zorra lo disfrutó como una maldita. Ojalá mi mujer no se entere, pero con esta guarra tan cerca, va a ser difícil no repetir la cogida.
Follándome sin piedad a la mejor amiga de mi esposa en la cocina
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