La traviesa Ashley Alexander descubre un condón usado y se enfrenta a su padrastro, un viejo calvo y gordo. Pero la regañiza se transforma en pura lujuria cuando la muy zorra provoca una situación ardiente. La guarra no puede evitar gemir de placer con cada embestida de ese maduro, disfrutando como una puta cada centímetro de su verga. Esta hijastra viciosa sabe cómo calentar a un padre y entregarse a la más hot de las folladas.


