Muchas mujeres buscan esta clase de erotismo, hartas de que sus maridos las monten en cuatro patas, se corran en cinco minutos y se duerman. Lo que desean es morbo y romanticismo: un tipo que les vaya quitando la ropa con calma, les dé un lamido de concha bien puesto hasta mojarla toda, para después meterla con una penetración lenta y candente. La zorra ya está goteando, deseando que la empotre a fondo y le llene el chocho de leche caliente mientras se vienen juntos.
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